MARINA LLANES

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pachamama@hotmail.com

Desde muy chica ando con las historias alrededor. Historias narradas antes de que llegue el sueño, escuchadas en la escuela; historias contadas por otros o leídas en soledad, relatos escritos desde la hoja en blanco o después de un empujoncito.
La primera vez que supe que me había enamorado, fue cuando descubrí el mundo que se escondía detrás de la palabra… (eso le confesé a mi mamá cuando tenía seis años).
Al crecer, buscando “lo que quería ser” aparecieron las ganas infinitas de disfrutar del juego, del vuelo, de la gran imaginación infantil y de las necesarias utopías juveniles, imprescindibles para poder soñar con otra realidad para inventar.
Elegí, entonces, trabajar en educación no formal, ser maestra y profesora de lengua y literatura: trabajar con el cuerpo y con la palabra; con el sentimiento y el pensamiento. Pero quise también comunicarme con otros lenguajes y ahí fue que me sumergí en la música y en otros lenguajes artísticos que aprendí en el Instituto Vocacional de Arte cuando vivencié el curso de especialización docente en Educación por el Arte.
Durante estos últimos tiempos me encontré siendo educadora con jóvenes que la escuela pudo contener y con niños que la misma escuela expulsó.
Actualmente, y desde el verano de 2007, trabajo en los “recreos” del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, primero en el área de música y luego siendo parte del Programa Voces Que Cuentan.

Así, en el aula o debajo de un árbol; en una sala de jardín o en los huecos de las estaciones del tren, ejercito junto con otros, la fundamental práctica del repensarse, del preguntarse, de crear para crecer.