MAGDALENA PERNIOLA

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La vida es una tómbola dice una no muy vieja canción… así me siento a veces, invadida por una tómbola de experiencias que me sitúan donde estoy hoy parada y que a la vez me definen, dibujan los contornos de lo que hoy soy, de mis intereses y mis proyectos.

Nací en Capital Federal, pero siempre viví en el oeste de la provincia de Bs. As.
Desde hace mucho que viajo: primero con mis padres y hermanos, más tarde sola, con amigos, parejas y compañeros de viaje.

En uno de ellos caí en Barcelona, ciudad que me conquistó enseguida y de la que guardo un recuerdo tan querido como si hubiera sido mi ciudad natal.
Hace mucho que aprendí a sacar fotos, a revelarlas a mano y a jugar con las luces y los químicos del revelado para crear cosas nuevas.

Hace mucho más que dibujaba eternamente y comenzaba a pintar para expresar cosas que sentí- y aun siento- solo pueden hacerse por medio del arte.

Hace mucho más y más que escribo para exorcizar los males del alma, las intrincadas vueltas de la mente y los sucesos de las vidas que me acompañan.

Hace bastante trabajo con niños y niñas porque es en ese ir y venir del juego que aprendemos, voy conociendo más y más cosas de los seres humanos, de nuestras formas de relacionarnos y de darnos a conocer al mundo.

En Barcelona sentí la inquietud de trabajar con personas con discapacidad: primero en colonias de verano, luego en talleres ocupacionales y más tarde como educadora en residencias permanentes donde viven de 4 a 6 personas con diferentes discapacidades.
Y también fue en Barcelona donde me di el lujo de aprender no una lengua más- el catalán- sino 3: la lengua de señas catalana y española y el francés.
En ese momento percibí que lo que me sucede cuando hablo una lengua de señas es particularmente fascinante y cuasi natural. Así que a partir de allí comencé a trabajar con infancia sorda.

El resto de cosas que fui aprendiendo en estos viajes constantes aumentan mi capacidad de adaptación a situaciones nuevas y a realizar trabajos tan diversos como divertidos: trabajando como ayudante de pastelería en un catering pituco de Palermo; como ayudante de cocina en un restaurant vegetariano; como guía-coordinadora de viajes de franceses en Patagonia; como directora de una casa de Colonias para estudiantes franceses; como bibliotecaria en una escuela secundaria catalana; como tallerista para chicos y chicas catalanes de 3 a 14 años (plástica, psicomotricidad, ludoteca) o para chicos argentinos de 11 a 16 en situación de marginación social (gastronomía), y un etc. interesante.

Por ultimo, los múltiples intereses personales en esta búsqueda de hacer lo que a cada uno le haga bien y la fascinación por las diversas formas artísticas me llevaron a cursos de fotografía, clown, danza contemporánea, teatro, plástica y acrobacia en telas… algunos de las cuales aun continúan en mis elecciones actuales.

Si esto es una tómbola demasiado voraginosa e incomprensible, les dejo el mail por si necesitan un detalle más específico y normal de mis trabajos realizados con fechas y datos concisos.
Que disfruten…